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Entre bisturís y cuidados: la UACJ forma veterinarios con respeto a la vida

A 50 años de la creación del Programa de Médico Veterinario Zootecnista, la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez combina práctica, ética y tecnología para garantizar el bienestar animal.

Por Roberto González Talamantes | Edición: Gustavo Cabullo Madrid

CIUDAD JUÁREZ, CHIH., MX., SEPTIEMBRE, 2025 (uacj.mx). – 

El pasillo blanco del edificio V del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad Autónoma de Ciudad Juarez (ICB-UACJ) huele a desinfectante y a futuro. Jóvenes de bata larga caminan con cuadernos bajo el brazo, otros cargan cajas con instrumental quirúrgico y todos comparten la misma mirada: la de quienes han elegido dedicar su vida al cuidado de los animales.

En este escenario, la pregunta flota inevitable: ¿cómo enseñar a salvar vidas animales sin perder de vista el respeto a esas mismas vidas?

El maestro Alfredo Hernández Pérez, jefe del Departamento de Ciencias Veterinarias del ICB, no evade la cuestión. Frente a sus estudiantes, en la primera clase de Técnicas Quirúrgicas, siempre lanza la advertencia: “Sí, vamos a usar especímenes vivos, pero lo haremos con responsabilidad, con ética y cumpliendo las cinco libertades que aseguran el bienestar animal”.

Desde 1976, cuando nació el Programa de Médico Veterinario Zootecnista en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, las prácticas con animales han sido parte esencial del proceso educativo. En el primer semestre, la anatomía los enfrenta con la morfología de perros y gatos, pero también de caballos, vacas y borregos.

Nada se improvisa. “Tenemos nuestro Reglamento de Bienestar Animal Interno y nos apegamos a la Norma Oficial Mexicana NOM-062-ZOO-1999 y a la Ley de Bienestar Animal de Chihuahua”, explica Hernández Pérez.

Pronto, un convenio con la Dirección de Atención y Bienestar Animal (DABA) permitirá a los estudiantes trabajar con perros y gatos que llegan en condiciones críticas: enfermos terminales, imposibles de adoptar o demasiado agresivos para convivir en un hogar.

“Esos son los animales que se destinan a la eutanasia, la muerte sin dolor”, señala el académico, con la serenidad de quien sabe que se trata de un tema sensible, pero necesario en la formación veterinaria.

La realidad de la calle golpea duro. Los animales que llegan al DABA suelen arrastrar historias de moquillo, enfermedades gastroentéricas, sarna, garrapatas y males rickettsiales que, incluso, ponen en riesgo a los humanos, especialmente a los niños. Otros han sido atropellados o se han enfrentado en peleas por hembras en celo.

Muchos de ellos ya no tienen oportunidad. Otros, antes, fueron parte de un esfuerzo universitario para esterilizarlos, cuidarlos en el postoperatorio y regresarlos listos para una adopción que pocas veces se concretaba.

“Tristemente, la cultura de adopción en nuestra ciudad es pésima”, admite Hernández Pérez.

En paralelo, la UACJ avanza hacia la modernización de la enseñanza. En los laboratorios, los estudiantes pueden explorar en 3D y 4D los sistemas anatómicos de distintas especies: músculos, esqueleto, corazón, pulmones, nervios. El software, disponible en varios idiomas, se proyecta en cañones interactivos que permiten diseccionar virtualmente a un animal sin tocarlo.

Pero la tecnología aún no sustituye a la experiencia real.

“No es lo mismo trabajar con un simulador que con un tejido vivo. La textura, la frecuencia, el pulso… todo eso se tiene que conocer y medir. El contacto con especímenes vivos sigue siendo fundamental”, anota el doctor Alejandro Daniel Loza Treviño, profesor de Técnicas y Terapéuticas Quirúrgicas II.

En el Centro de Entrenamiento Quirúrgico, los estudiantes se concentran. Un bisturí se desliza con precisión; una mano tiembla apenas y es corregida con calma por el profesor. La escena podría parecer fría, pero en cada movimiento se percibe la ética que los acompaña.

“Lo que queremos en la Universidad”, concluye el maestro Hernández, “es que nuestros alumnos tengan respeto. Con respeto y ética, todo funciona bien”.

Maestro Alfredo Hernández Pérez, jefe del Departamento de Ciencias Veterinarias del ICB